Grifado de Barras


En las múltiples visitas que se han realizado en diversas obras de la geografía española, se ha detectado unas incidencias repetitivas en todas y cada una de ellas, sin excepción, de las que vamos a intentar describir en éste articulo.

Estamos hablando, de errores de colocación de armaduras en pilares/muros, por tanto errores posteriores de replanteo de las mismas, y en consecuencia el GRIFADO DE LAS BARRAS.

Grirfado de Barras en obra

Muy a pesar de lo que pueda pensar la gente, todas las barras se pueden grifar, independientemente del diámetro de la barra, es cuestión de que la grifa sea lo suficientemente larga y que existan suficientes operarios como para subirse en el extremo contrario.

Los motivos de que las barras no lleguen es su posición correcta, pueden ser varios:

  1. Errores de replanteo del pilar.
  2. Problemas con los separadores del pilar que ocasionan movimientos de la armadura durante el proceso de hormigonado.
  3. Mala ejecución de reducción en cabeza del pilar

Sea cual fuese el motivo de los indicados anteriormente, el problema se detecta una vez hormigonado el forjado de la planta, y se ha procedido al marcado con azulete el replanteo del pilar.

Grifado excesivo de barras en continuidad de pilar

La primera solución que se practica en todas las obras, es el grifado de las barras de forma indiscriminada, tanto como se necesite, sin regirse por ningún máximo de tolerancia, repercutiendo por tanto en: el funcionamiento de dicho armado imponiéndoles tensiones residuales debido al grifado excesivo de la barra produciendo fisuras o fracturas, en la eliminación de la trasmisión de las cargas entre par de barras,   en la concentración de tensiones en el hormigón, y otros tan básicos como la falta de recubrimientos de las armaduras en aquellos casos en que la armadura queda al límite del replanteo.

Grifado incorrecto de barras en muro

Comenzamos primero en definir qué entendemos nosotros por un grifado correcto. Nuestro principal objetivo es la transmisión de la carga de cada barra a su par, y que ésta, se produzca con la mínima variación posible. Por ello, la transición de las barras, deberán tener una pendiente inferior a 1/6 (horizontal/vertical). Dicha pendiente es la máxima pendiente recomendable que no produce empujes horizontales de consideración.

En el diagrama de esfuerzos adjuntos se presenta estados tensionales a los que se ve sometido las barras en función del ángulo de grifado. Los casos analizados son de 80º(1/6), 45º y 30º (de inferior a superior), y se detecta claramente que la tensiones a las que se somete la barra, tanto compresiones como tracciones, muchas de ellas residuales, se triplican en función del grifado realizado.

Aún así, y por mucho que se entienda que el grifado “correcto” sea la solución a adoptar y la que se ejecute de forma habitual en obra, deberíamos recurrir a lo que indica la norma EHE al respecto. “Art.69.5.2.2 Empalme por solapo. Este tipo de empalmes se realizará colocando las barras una al lado de otra, dejando una separación entre ellas de 4ø(diámetros) como máximo. Para armaduras en tracción esta separación no será menor que la prescrita en 69.4.1 “.

Según esto, numerosos grifados serían evitables, o más concretamente, numerosos grifados mal ejecutados podrían evitarse en obra, ya que no serían necesario en la mayoría de los casos. Para el resto, en los que debamos recurrir al grifado de barras, deberemos tener presente la pendiente máxima del grifado de 1/6 al ejecutarlo.

Mencionar, que en aquellos casos en que no verifique ni separación máxima, y el grifado no nos proporcione lo deseado, entendemos beneficioso el pinchado de nuevas barras entre par de barras, de forma que reduzca la distancia, y favorezca la transmisión de esfuerzos entre barras. Esta solución no es trivial, ya que requerirá un análisis técnico e individualizado  del estado definitivo propuesto.

Otro de los aspecto a mencionar, es el ángulo de grifado o doblado de las barras. Para ello, haremos mención a lo indicado en norma EHE en el Art.69.3.4. Doblado. En dicho artículo, aparte de indicarnos el diámetro mínimo de los mandriles en función de la calidad del acero/tipo de doblado/f de la barra, nos da una indicación a tener en cuenta. La cito textualmente:

“No se admitirá el enderezamiento de codos, incluidos los de suministro, salvo cuando ésta operación puede realizarse sin daño, inmediato o futuro para la barra correspondiente.

………..

Si resultase imprescindible realizar desdoblados en obra, como por ejemplo en el caso de algunas armaduras en espera, éstos se realizarán de acuerdo con procesos y criterios de ejecución contrastados, debiéndose comprobar que no se han producido fisuras o fracturas en las mismas. En caso contrario se procederá a la sustitución de los elementos dañados. Si la operación de desdoblado se realizase en caliente, deberán adoptarse las medidas adecuadas para no dañar el hormigón con las altas temperaturas.”

Nos es muy común ver como en obra, aparte de realizar un grifado inadecuado, posteriormente se produce en muchas de ellas al desgrifado de barras para rectificar excesos o enderezar barras grifadas de forma errónea, o proceder a un nuevo grifado prácticamente en la misma sección. Como se ha comentado, visto y mencionado en norma, dicha práctica es muy perjudicial, ocasionando daños que ocasionan la eliminación de dichas barras.

Tensiones de barras grifadas

Por tanto, y como resumen, podríamos indicar que el grifado de barras si se permite, pero con las indicaciones dadas en norma de ángulo de giro, y con la indicación de pendiente inferior a 1/6, y siempre y cuando la separación entre par de barras sea superior a los 4ø(diámetros) indicados y aprobados en norma.

Daniel Bianchi.  Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.
Socio de Genera, Ingeniería y Arquitectura.
Artículo publicado en la Revista Zuncho en colaboración con D. Eduardo Gimeno Fungairiño.

Sobre 

Ing. Caminos, Canales y Puertos | Experto en Dirección de Obra | Genera Ingeniería y Arquitectura.

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